jueves, 24 de octubre de 2013

Quiero comenzar una dieta... ¿cuál es el mejor momento?

Hay que tener en cuenta, entre otros factores, el ciclo menstrual.
 

No logras quitarte de encima esos kilos de más... y has decidido ponerte a dieta de una vez por todas. No hay excusas. Pero no es lo mismo comenzar una dieta en uno u otro momento del mes. Tal vez no lo habías pensado, pero conviene iniciar el régimen de adelgazamiento
siempre después del periodo. ¿La razón? Comenzarlo justo antes del ciclo menstrual supone someterse al “más difícil todavía”, ya que en esos días el cuerpo aumenta sus necesidades energéticas en previsión de una posible fecundación, lo que lleva a picar y comer de forma más errática, antojos incluidos.  
Y además... debido a las fluctuaciones hormonales, las mujeres nos sentimos emocionalmente más vulnerables, lo que no ayuda precisamente a mantenerse firme frente a las tentaciones gastronómicas. 

 Claves para no recuperar los kilos demas:

1. No hay que bajar la guardia. Ten en cuenta que la dieta no finaliza al llegar al peso ideal. El programa posterior es igualmente o incluso aún más importante. No lo olvides nunca.

2. Cambio de hábitos. Es complicado, pero deberías intentar cambiar de hábitos alimenticios de una vez por todas. No pienses que ya puedes volver a comer a tontas y a locas, pues no harías más que recuperar el peso perdido en menos tiempo del que te llevó adelgazarlo. Adopta un plan alimenticio sensato, bajo en grasa y rico en fruta, verdura y carbohidratos.

3. Alimentación saludable. Mantener el peso es una carrera de fondo, no un sprint de cien metros lisos. Por ello, no vivas a dieta durante toda tu vida. Eso sólo serviría para que tu organismo pusiera en marcha todos los mecanismos de alerta que se activan cuando recibe menos alimento del que necesita. Lleva una dieta normal, pero sana. Y si un día te excedes,

basta con compensarlo un poquito después, sin exageraciones.

4. El ejercicio, básico. No pares hasta encontrar el tipo de actividad física que vaya con su estilo de vida y aficiones. Ir al gimnasio no es la única opción para mantenerse en forma, pues puedes incluir el ejercicio en tu rutina diaria, por ejemplo, saca a pasear al perro, camina a diario hasta el trabajo, deja de lado el ascensor y sube escaleras, apúntate a clases de baile… Lo importante es ejercitar el corazón y quemar calorías.

5. Encuentra apoyo. Todo es más fácil cuando se hace acompañado. Pide a tu pareja, una amiga o a tus hijos que te ayuden a mantener tus buenos propósitos. Basta con una sola persona que te dé ánimos cuando te encuentres bajo de moral.

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