lunes, 21 de octubre de 2013

El cardio que quema más grasa

La mejor forma de quemar grasa siempre es el ejercicio cardiovascular, aunque si lo combinamos con las pesas conseguiremos una quema mayor ya que aumentar la cantidad de músculo aumenta el metabolismo basal (lo que quemamos sin hacer otra cosa que vivir), pero ese ejercicio cardiovascular, o cardio, se puede hacer de una forma concreta para que se
usen las grasa principalmente como energía.

Para realizar ejercicio cardiovascular podemos usar bien el glucógeno que tenemos en el cuerpo, proveniente de los hidratos de carbono que hayamos ingerido previamente con la alimentación, o de la grasa, que no es más que un exceso de hidratos que no se han usado y se transforman en grasa para usarlos más adelante o la misma grasa que se ha ingerido con la alimentación. Vamos a crear un par de entradas para poder explicar como es el cardio que quema más grasas. 

La grasa, un combustible mediocre

Ahora ya sabemos que existen dos tipos de combustibles para tener energía y movernos, por un lado el glucógeno y por el otro la grasa. El glucógeno es una “combustible” de alta calidad y va a ser usado en ejercicios que se requiera de intensidad o explosividad, por ejemplo, una carrera rápida, el ascenso de un puerto de montaña en bici, o una sesión de pesas, entre otras muchas actividad.
Y en el otro extremo tenemos la grasa, un “combustible” de baja calidad. La grasa es un exceso de energía que el cuerpo guarda para usarlo en otro momento ya que cuando era glucógeno no se usó como energía. 

Así que cuando se tenga que usar no se puede usar como el glucógeno (sería ideal poder usar la grasa almacenada a nuestro antojo y cuando queramos) sino que debemos hacerlo de una manera concreta, y esta es realizando un ejercicio de mayor duración a un ritmo cardiaco moderado.

Al ser un combustible mediocre sólo se usen en intensidades medias, es decir, cuando el ritmo cardiaco de nuestro corazón ronda el 65 % de tu pulso cardiaco máximo. Esto quiere decir que si quieres quemar más grasa te debes centrar en el ejercicio cardiovascular continuo pero no de alta intensidad sino suave. No creas que por correr más rápido vas a usar más grasa, sino todo lo contrario, a no ser que quemes toda la reserva de glucógeno y entonces tires de las grasas, pero que el músculo sufra un deterioro (catabolismo).

El ritmo cardiaco

Como ya hemos citado antes, debemos de correr a un ritmo cardiaco concreto para quemar más grasa, así que lo que debemos de buscar es calcular ese ritmo concreto de 65 % de tu ritmo cardiaco máximo, con lo que para solucionar esta incognita simplemente hay que saber cual es tu ritmo cardiaco máximo.

Si bien, existen muchos factores que pueden afectar a la hora de calcular es máximo, como pueden ser edad, sexo, climatología, peso, estado de forma o pulso en reposo, nosotros nos vamos a quedar con la forma más fácil de calcular ese máximo, que es simplemente usando esta fórmula matematica basada en la edad del individuo para no volvernos muy locos, ya que tampoco vamos a ir siempre a las mismas pulsaciones, pues nos moveremos en un rango de más menos 5:

 
FC Máxima = 220 -edad

Así de simple, si tienes por ejemplo 40 años, tu ritmo cardiaco máximo (en teoría) es de 180 pulsaciones por minuto, así que sólo debes de calcular el 65% de ese ritmo para saber a que pulsaciones tienes que ir para que tu cuerpo use la grasa como combustible, que en el caso del ejemplo de los 40 años es 117 pulsaciones (multiplicar 180 × 0,65). Como ves no es necesario que te mates corriendo a tope para que uses más grasa a la hora de realizar tu ejercicio cardiovascular favorito. Ahora sólo necesitas un pulsómetro y listo.

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