jueves, 17 de octubre de 2013

Cómo utilizar los aceites esenciales

Los aceites esenciales, poderosos concentrados de energía vegetal, son verdaderas esencias de bienestar. Son buenas para el corazón, por sus olores benéficos; para el cuerpo, gracias a sus virtudes específicas; y devuelven el dinamismo a la piel. Pero atención, ¡no se utilizan de cualquier manera!

¿Cuáles son sus características?

Los aceites esenciales son sustancias olorosas volátiles contenidas en los vegetales. Pueden provenir de flores, hojas, frutas, cortezas, semillas y raíces. Se extraen mediante una destilación al vapor de agua. La cantidad de aceite obtenido varía según la planta de origen. Para un litro de lavanda, hacen falta cuarenta kilos de flores, ¡y hacen falta cien kilos de pétalos de rosa para un frasco de 25 ml! Esta gran concentración explica la potencia de los aceites esenciales y su precio, a menudo elevado.

¿Cómo se utilizan?

Los aceites esenciales se utilizan por vía interna con fines terapéuticos: actúan sobre afecciones virales, destruyen los microbios, los hongos, las toxinas infecciosas; y, por vía externa para un tratamiento de belleza integral (cara, cuerpo, cabello). Pasan muy fácilmente a través de la piel, atraviesan las diferentes capas para reunir el flujo sanguíneo, en unos veinte minutos aproximadamente, y actúan en profundidad en el organismo. Penetran también por la vía respiratoria: inhalar su perfume proporciona un bienestar profundo. Los aceites esenciales se utilizan sólo en cantidades muy pequeñas y siempre diluidos, en el agua del baño (30 gotas de aceite esencial en una bañera de agua caliente) o en un aceite vegetal para una acción tópica.

Modo de empleo

Su potencia es tal que no se utilizan puros sobre la piel; algunos pueden provocar quemaduras. Se diluyen en aceites vegetales, almendra dulce, avellana, sésamo. Ricos en vitaminas y en ácidos grasos insaturados, hidratan y nutren la piel en profundidad, y permiten la penetración de los activos benéficos de los aceites esenciales en la epidermis y la dermis.

Prudencia: haz una prueba en tu muñeca. Diluye 1 gota de aceite esencial en 5 gotas de aceite vegetal, aplica y pon encima una venda, deja que repose varias horas y observa la reacción. Si tienes una mínima irritación, recházalo.
Acción

Rostro: los aceites esenciales, verdaderos reanimadores de la piel, bloquean ciertos procesos de degradación de las células. Un masaje diario, antes de la aplicación de la crema de cuidado, dopa la renovación celular y devuelve el resplandor y la flexibilidad a la piel.
Cuerpo: los aceites esenciales se masajean sobre ciertas partes del cuerpo para tratar problemas precisos, estimular la microcirculación y facilitar la pérdida de agua (celulitis, piernas pesadas), o sobre toda la silueta para mejorar la elasticidad y la firmeza de la piel.
Cabello: una buena fricción con aceites esenciales, calmantes y estimulantes, activa la microcirculación, relaja el cuero cabelludo y devuelve el tono al cabello.

¿Cuáles con sus virtudes?
Antiestrés, antirradicales, anticelulitis, tonificantes, relajantes, sanadoras; actúan en profundidad.
 

La lavanda, bactericida, reequilibra las pieles secas e irritadas.                                              
El geranio, tonificante, fortalece las pieles sensibles.     
La zanahoria, antioxidante, revitaliza las pieles secas y cansadas.
El ciprés, tónico venoso, calma las pieles congestionadas.
El pachuli, cicatrizante, reduce el
acné.
El limón, astringente, purifica las pieles grasas.
La camomila romana, antiinflamatoria, conviene a todas las pieles.
El romero, tonificante, devuelve el resplandor cabellos débiles.
El eucalipto, antiséptico, sanea el cuero cabelludo.
La menta picante, estimulante, devuelve el vigor al cabello.
La salvia, tónico, facilita crecimiento del cabello.
El orégano, anticelulítico, afina la silueta.
El enebro, drenante, exfolia la celulitis.
La naranja, antiespasmódica, relaja el cuerpo.
El sándalo, estimulante, tonifica el cuerpo.


Práctica:

Se conservan entre 12 y 18 meses, al abrigo de la luz.
Escógelos de buena calidad, no desnaturalizadas por componentes sintéticos ni cortadas con aceites o esencias minerales; lee bien la etiqueta, debe aparecer la mención "primera presión en frío". ¿Por qué? Porque el prensado en caliente puede hacer perder a los aceites esenciales sus elementos nutritivos (ácidos grasos y vitaminas). Busca la etiqueta bio y la mención HEBBD (aceites esenciales botánica y bioquímicamente definidos). Compra los aceites esenciales en tiendas dietéticas y productos naturales o en farmacias especializadas en aromaterapia. También hay sitios en Internet, pero no necesitan el consejo de un profesional.

Recomendaciones

No dejes un frasco de aceite al alcance de los niños.
Respeta escrupulosamente las dosis indicadas.
Si, por accidente, te cae aceite en los ojos, no te eches agua, sino con algo graso.


Precauciones
- Algunos aceites esenciales son fotosensibilizantes, (bergamota, limón, cedro, lavanda), por lo que no se recomienda exponerse al sol después de su aplicación, para evitar manchas sobre la piel.
- Los aceites esenciales no se utilizan en caso de alergias, antecedentes de eccema, de urticaria, rinitis alérgica (nariz tapada). A evitar totalmente entre los asmáticos, ya que el olor podría provocar una crisis.
- Las mujeres embarazadas deben pedir consejo a su ginecólogo

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