Hay que tener en cuenta, entre otros factores, el ciclo menstrual.
No logras quitarte de encima esos kilos de más... y has decidido ponerte
a dieta de una vez por todas. No hay excusas. Pero no es lo mismo
comenzar una dieta en uno u otro momento del mes. Tal vez no lo habías
pensado, pero conviene iniciar el régimen de adelgazamiento
siempre
después del periodo. ¿La razón? Comenzarlo justo antes del ciclo
menstrual supone someterse al “más difícil todavía”, ya que en esos días
el cuerpo aumenta sus necesidades energéticas en previsión de una
posible fecundación, lo que lleva a picar y comer de forma más errática,
antojos incluidos.
Y además... debido a las fluctuaciones hormonales, las
mujeres nos sentimos emocionalmente más vulnerables, lo que no ayuda
precisamente a mantenerse firme frente a las tentaciones gastronómicas.
Claves para no recuperar los kilos demas:
1. No hay que bajar la guardia. Ten en cuenta que la
dieta no finaliza al llegar al peso ideal. El programa posterior es
igualmente o incluso aún más importante. No lo olvides nunca.
2. Cambio de hábitos. Es complicado, pero deberías
intentar cambiar de hábitos alimenticios de una vez por todas. No
pienses que ya puedes volver a comer a tontas y a locas, pues no harías
más que recuperar el peso perdido en menos tiempo del que te llevó
adelgazarlo. Adopta un plan alimenticio sensato, bajo en grasa y rico en
fruta, verdura y carbohidratos.
3. Alimentación saludable. Mantener el peso es una carrera de fondo, no un sprint
de cien metros lisos. Por ello, no vivas a dieta durante toda tu vida.
Eso sólo serviría para que tu organismo pusiera en marcha todos los
mecanismos de alerta que se activan cuando recibe menos alimento del que
necesita. Lleva una dieta normal, pero sana. Y si un día te excedes,
basta con compensarlo un poquito después, sin exageraciones.
4. El ejercicio, básico. No pares hasta encontrar el
tipo de actividad física que vaya con su estilo de vida y aficiones. Ir
al gimnasio no es la única opción para mantenerse en forma, pues puedes
incluir el ejercicio en tu rutina diaria, por ejemplo, saca a pasear al
perro, camina a diario hasta el trabajo, deja de lado el ascensor y sube
escaleras, apúntate a clases de baile… Lo importante es ejercitar el
corazón y quemar calorías.
5. Encuentra apoyo. Todo es más fácil cuando se hace
acompañado. Pide a tu pareja, una amiga o a tus hijos que te ayuden a
mantener tus buenos propósitos. Basta con una sola persona que te dé
ánimos cuando te encuentres bajo de moral.
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