¿Necesitan mis ojos un tratamiento específico?
Sí. Observe sus ojos detenidamente en un espejo.
¿Qué ve? Párpados ultra-finos que parecen papel de seda. Entonces,
¡aprenda de inmediato los gestos necesarios! La epidermis del contorno
de los ojos es de cinco a diez veces más fina que la del resto del
rostro. Además, está menos irrigada (los vasos sanguíneos y linfáticos
son más finos y escasos). Para colmo, nos pasamos el tiempo
fragilizándola: nos reímos, parpadeamos, nos frotamos los ojos.
En fin, no solamente es la zona más frágil sino que además nos pasamos
la vida debilitándola. Resultado: es la primera zona del rostro en
marcarse y acusar el paso del tiempo. Arrugas y marcas de expresión,
evidentemente, pero también bolsas y ojeras que hay que combatir. En
estas condiciones, entenderá que es importante solucionar el problema
con precisión y determinación.
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