En los centros de belleza contamos
con un tratamiento altamente efectivo en la hidratación de pies y manos
muy secos y dañados: los baños de parafina. Hoy vamos a hablar de este
producto.
La parafina está compuesta por
hidrocarburos, es decir, compuestos formados por hidrógeno y carbono, y
se suele obtener como derivado del petróleo, de los esquistos
bituminosos o del carbón. Su textura es sólida, aunque tiene un punto de
fusión muy bajo, es decir, que requiere poca temperatura para fundirse,
existiendo incluso las llamadas parafinas frías, cuyo punto de fusión
aproximado es el de la propia piel.
Es también opalina, inodora (se le
suelen añadir aromas de melocotón o menta, para hacerlas más agradables)
y no es hidrosoluble, es decir, no se disuelve en agua.
En estética su aplicación más común
consiste en baños de parafina: trás exfoliar la piel, aplicamos una
buena mascarilla de producto tratante y procedemos a la introducción de
la mano o el pie en el baño de parafina, dos o tres veces hasta cubrir
por completo la superficie a tratar. Tras cubrir con plástico y toalla,
dejamos actuar durante unos minutos, y luego retiramos, trás lo cual,
realizamos un pequeño masaje.
Sus beneficios son:
- suaviza
- hidrata
- mejora las grietas
- mejora el dolor articular
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