lunes, 14 de octubre de 2013

La parafina

En los centros de belleza contamos con un tratamiento altamente efectivo en la hidratación de pies y manos muy secos y dañados: los baños de parafina. Hoy vamos a hablar de este producto.
La parafina está compuesta por hidrocarburos, es decir, compuestos formados por hidrógeno y carbono, y se suele obtener como derivado del petróleo, de los esquistos bituminosos o del carbón. Su textura es sólida, aunque tiene un punto de fusión muy bajo, es decir, que requiere poca temperatura para fundirse, existiendo incluso las llamadas parafinas frías, cuyo punto de fusión aproximado es el de la propia piel.

Es también opalina, inodora (se le suelen añadir aromas de melocotón o menta, para hacerlas más agradables) y no es hidrosoluble, es decir, no se disuelve en agua.

En estética su aplicación más común consiste en baños de parafina: trás exfoliar la piel, aplicamos una buena mascarilla de producto tratante y procedemos a la introducción de la mano o el pie en el baño de parafina, dos o tres veces hasta cubrir por completo la superficie a tratar. Tras cubrir con plástico y toalla, dejamos actuar durante unos minutos, y luego retiramos, trás lo cual, realizamos un pequeño masaje.

Sus beneficios son:
  • suaviza
  • hidrata
  • mejora las grietas
  • mejora el dolor articular
Puede aplicarse tanto en manos como en pies, y en ocasiones se aplica también en codos y rodillas doloridos por artritis o artrosis.

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