1. Keratina con Formol
Cada
vez se usa menos esta Keratina, ya que el formol es un compuesto
químico que en ciertas cantidades puede producirnos irritaciones y
quemaduras. Por ello, la UE sacó una Directiva en 2010 estableciendo que
cualquier producto destinado a cosmética debe contener menos de un 0.2%
de formol, ya que a estos niveles es controlable y generalmente sin
daños. También varios países de Latinoamérica o Canadá y Estados Unidos
han hecho regulaciones similares. Algunas peluquerías o centros de
belleza siguen usando keratina mezclada con formol, especialmente en los
alisados ya que consiguen un mayor efecto alisador, por lo que siempre
pregunta a la profesional de turno si tu pelo puede soportarlo y no va a
conllevar ningún tipo de daño para tu cuero cabelludo.
2. Keratina sin Formol
Esta
Keratina es la que más demandan las personas debido a la peligrosidad
que puede conllevar el formol, por lo que su uso se ha extendido
muchísimo. Sus propiedades son las de la Keratina pura y natural sin
más. Ayuda a nutrir el pelo (sobretodo en mujeres con pelos teñidos o
muy maltratados), aumenta el brillo y el color del mismo, evita el
encrespamiento y mejora la suavidad. No obstante, tiene un menor efecto
alisador, por lo que se suele usar principalmente para baños de keratina
reparadores o también llamados “Shock de Queratina” y no para los
alisados, los cuales normalmente contienen algo de formol.
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